Al menos tres de esos candidatos se han asegurado la nominación de su partido, desafiando una norma de la política de EE.UU., donde ser percibido como hostil hacia Israel puede acabar con la carrera.
De hecho, a menudo políticas y figuras que apoyan la causa palestina son tildadas de “antisemitas”, que es un recurso político —constante en las tácticas proisraelíes— que confunde religión, nacionalidad, los movimientos racistas europeos anteriores a la Segunda Guerra Mundial y el llamado “Holocausto judío”.
Los medios israelíes presentaron y criticaron al candidato Ammar Campa-Najjar, quien se postula para el congreso de San Diego, como el nieto de un “terrorista”, mientras que en realidad su abuelo, Muhammad Yusef Al-Najjar, fue miembro de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) y fue asesinado por los servicios de inteligencia del régimen israelí (el Mossad) en 1973 en El Líbano.
Varios medios de comunicación estadounidenses e israelíes, incluidos Haaretz, el San Diego Tribune y el Times of Israel, criticaron al abuelo de Campa-Najjar y lo calificaron de “terrorista”.
La periodista y candidata demócrata de Virginia Leslie Cockburn recibió un golpe en su campaña cuando los medios publicaron que escribió un libro en el que criticaba las relaciones israelí-estadounidenses. El Partido Republicano incluso la llamó una “virulenta antisemita” por eso.
El mes pasado, en Virginia, el Partido Republicano hizo un llamado al Partido Demócrata para que retire su apoyo a Cockburn, alegando que “tiene una larga historia de retórica antisemita, que puede documentarse durante al menos los últimos 25 años”.
También ha sufrido ataques en los medios el demócrata de Pensilvania Scott Wallace, quien fue denunciado porque la fundación que administra su familia, el Fondo Global Wallace, donó dinero a grupos vinculados al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, lo que hizo que ciertos grupos retiraran su apoyo a la campaña.
En la política estadounidense actual (y en otros ámbitos) puede resultar muy caro denunciar a Israel y son numerosos los políticos que han sido tumbados por el lobby israelí por haber condenado o criticado a Israel.
“Cuando el lobby pro-Israel quiere poner sus recursos contra el candidato, puede hacerlo, y hacerlo con éxito”, es lo que opina el profesor George Bisharat, un analista citado el jueves por el portal Middle East Eye.
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