El diario local The Washington Post informó el martes que Mueller, fiscal especial designado para liderar las investigaciones sobre la supuesta interferencia rusa en la campaña presidencial en 2017, buscaría detalles sobre los despidos de Flynn y Comey, lo que indicaría que las investigación estarían enfocándose en los posibles esfuerzos del presidente Trump o de otros para obstruir la investigación del fiscal especial.
Este nuevo giro en las investigaciones se produce después de que se anunciara que Jeff Sessions, fiscal general de Estados Unidos, fue interrogado por Mueller.
Sarah Isgur Flores, portavoz del Departamento de Justicia, confirmó el martes que Sessions fue cuestionado durante varias horas la semana pasada, señal de que la pesquisa liderada por el fiscal especial ha llegado a las altas esferas de la Administración de Trump.
“No estoy para nada preocupado. No, para nada”, afirmó Trump en el Despacho Oval, al ser consultado sobre la citación a Sessions.
De acuerdo con la cadena estadounidense CNN, Sessions es la persona número 15 del Gobierno –incluidos funcionarios actuales y anteriores–, que ha sido entrevistada en relación con la investigación sobre Rusia, antes dirigida por el que fuera director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) Comey, destituido en mayo pasado.
No estoy para nada preocupado. No, para nada”, asegura el presidente estadounidense, Donald Trump, al ser preguntado sobre la citación a Jeff Sessions, fiscal general de EE.UU.
Sessions, por sus reuniones con los rusos, su papel en el equipo de la política exterior de la campaña y su papel en el despido de Comey, es un testigo clave para la investigación de Mueller.
Trump ha repetido innumerables veces que su equipo de campaña no actuó en connivencia con Rusia en detrimento de Hillary Clinton (su rival en las elecciones presidenciales de 2017), ni obstaculizó las investigaciones de la justicia al respecto, pero si Mueller logra probarlo podría dar lugar al proceso de destitución del presidente.
Un informe secreto de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) reveló en diciembre de 2016 que Rusia intervino en las elecciones para aupar a Trump a la Presidencia. Además, un documento elaborado por los Servicios de Inteligencia de EE.UU. (USIC, por sus siglas en inglés) confirma la supuesta piratería rusa. El Kremlin, sin embargo, ha negado toda implicación en dichos asuntos.
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