El presidente estadounidense, Donald Trump, tiene previsto anunciar el próximo febrero una nueva estrategia de “todo el Gobierno” para aliviar las normas de exportación para las compras extranjeras de equipamiento militar fabricado en Estados Unidos, desde aviones de combate y drones hasta buques de guerra y artillería, según ha informado este lunes la agencia de noticias británica Reuters, citando a fuentes conocedoras del programa.
Esta medida se adopta en el marco de las promesas de campaña de Trump hechas en 2016 para crear empleos en el país con la venta de más bienes y servicios al exterior a fin de reducir el déficit de la balanza comercial.
De acuerdo al informe de Reuters, la Administración de Trump también está bajo la presión de contratistas de defensa que se enfrentan una gran competencia de rivales extranjeros, como China y Rusia.
A este respecto, ha agregado que flexibilizar las restricciones a la venta de armas desafiaría los derechos humanos y el control de armas, y podría exacerbar la violencia en regiones, como Oriente Medio y el sur de Asia, o habilitar el uso de dicho material bélico para ataques terroristas.
El plan, también, busca poner en marcha un realineamiento de las Reglamento Internacional sobre el Tráfico de Armas (ITAR, por sus siglas en inglés). ITAR es una política central que rige las exportaciones de armas en EE.UU. desde 1976 y que no ha sido reformada totalmente en más de tres décadas.
Los funcionarios estadounidenses, bajo condición de anonimato, han dicho que la estrategia de que el Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono) y el Departamento de Estado desempeñen un rol más activo en respaldar los acuerdos internacionales de venta de armas podría beneficiar especialmente a importantes contratistas locales del área de defensa, como Lockheed Martin y Boeing Co.
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