El estudio a nivel global, realizado por McAfee en colaboración con el CSIS (Center for Strategic and International Studies), revela que el cibercrimen les cuesta a las empresas alrededor de 600.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, el 0,8 % del Producto Interior Bruto (PIB) global.
El informe atribuye este crecimiento, registrado en tres años, a la capacidad de los ciberdelincuentes para adoptar, de forma rápida, las nuevas tecnologías, la facilidad para involucrarse en ciberdelitos y la creciente sofisticación de la actividad financiera de los cibercriminales de primer nivel.
“El mundo digital ha transformado prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo la noción de riesgo y de criminalidad, de manera que la actividad criminal es más eficaz, menos peligrosa, más rentable y más fácil que nunca”, afirma Steve Grobman, experto de la empresa McAfee, especializada en la protección frente a ataques informáticos.
El mundo digital ha transformado prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo la noción de riesgo y de criminalidad, de manera que la actividad criminal es más eficaz, menos peligrosa, más rentable y más fácil que nunca”, afirma Steve Grobman, experto de la empresa McAfee.
La aparición de criptomonedas que facilitan la monetización rápida y minimizan el riesgo de arrestos también ha contribuido a este aumento de la criminalidad. No obstante, los bancos continúan siendo el blanco favorito de los cibercriminales.
Las mayores pérdidas por cibercrímenes se localizan en los países más ricos. Sin embargo, los países con las mayores pérdidas (en relación al porcentaje de ingreso nacional) son Estados de nivel medio digitalizados, pero sin competencias suficientes en ciberseguridad.
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