El general de brigada Ali Mohamad Naini, portavoz del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), aseguró el lunes que Hezbolá y del frente de Resistencia son lo suficientemente poderosos como para derrotar a Israel pese al asesinato de algunos de sus líderes y comandantes por Israel, entre ellos el ex secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá.
Conforme al vocero castrense, Israel está cosechando derrotas tras un año de guerra en Gaza y El Líbano. “Cada día somos testigos de la desesperación e impotencia del régimen en el campo de batalla, y los sionistas creen que pueden compensar sus derrotas en el terreno mediante el asesinato y la masacre de mujeres, niños y periodistas, así como el bombardeo de hospitales y almacenes de medicamentos”, dijo.
Advirtió que las acciones de Israel, que infringen el derecho internacional, no puede recuperar la imagen del ejército israelí que se autoproclamaba “invencible”. “Estas acciones de ninguna manera pueden ayudar a recuperar el poder y la imagen del régimen. Sin duda, el ganador de este enfrentamiento será Hezbolá y la Resistencia”, subrayó el general Naini.
Elogió también la personalidad del general Abás Nilforushan, un alto comandante del Cuerpo de Guardianes que cayó mártir en un ataque israelí contra el suburbio de Dahiya, en el sur de Beirut, capital libanesa, a finales de septiembre.
El general Nilforushan fue asesinado durante los intensos bombardeos aéreos israelíes, en los que también perdió la vida Seyed Hasan Nasralá.
“Fue un académico y un comandante experimentado”, destacó el vocero en alusión al mártir Nilforushan y aseguró que sus seguidores continuarán su camino y sus ideales.
Tras más de un año de la guerra genocida en Gaza, Israel no ha logrado ninguno de sus objetivos, entre ellos la “destrucción de HAMAS” y la liberación de los retenidos israelíes.
Para compensar sus derrotas en el campo de batalla y restaurar la seguridad en el norte de la Palestina ocupada —atacada durante más de un año por Hezbolá—, el régimen expandió el conflicto al sur y este del Líbano y recurrió a asesinatos selectivos de algunos líderes y comandantes de la Resistencia, sin embargo, sigue hundido en el atolladero de la guerra.
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