El 22 de septiembre de 2018, varios terroristas atacaron a la multitud que presenciaba un desfile militar en la ciudad de Ahvaz (suroeste), lo que se saldó con decenas de muertos y heridos. Poco después, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán anunció que el atentado fue perpetrado por los integrantes del grupo terrorista Al-Ahvazie, financiado desde Arabia Saudí.
La Cartera iraní publicó el martes en su página web algunos documentos en árabe, que muestran la conexión directa de esta banda takfirí con el servicio de inteligencia de la monarquía de los Al Saud.
En el “documento no publicable”, el grupo terrorista pone énfasis en la necesidad de proporcionar entrenamiento político y militar a los extremistas en el extranjero para llevar a cabo operaciones terroristas dentro del país persa.
Promover la ideología takfirí y el pensamiento del grupo Al-Ahvazie a nivel mundial también se encuentran entre los objetivos siniestros de esta banda, a los que se hace alusión en el documento.
Al-Ahvazie también recalca que se debe tomar medidas para socavar los intereses populares y económicos en Irán con la intención de generar inseguridad en el país; asimismo indica que es necesario utilizar tecnología avanzada para realizar operaciones militares.
En otra parte del documento, se pueden ver tablas de las manifestaciones antiraníes organizadas para celebrarse en algunos países europeos como Dinamarca, Austria y Suecia, Suiza y Países Bajos en el año 2016.
Después de su atentado en Ahvaz, la Defensa del país persa advirtió a los terroristas que se preparasen para la venganza de Irán. No transcurrió más de una semana cuando la División Aeroespacial del CGRI lanzó varios misiles balísticos tierra-tierra contra la sede de los autores intelectuales del ataque, ubicada en el este del Éufrates, en Siria.
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