El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció el jueves la “política monroísta” de Estados Unidos, confesada el miércoles por el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien durante un discurso pronunciado en Miami (Florida, sureste de EE.UU.) declaró abiertamente que la “Doctrina Monroe está bien y viva”.
El ministro de la isla caribeña aseveró que el objetivo de las hostilidades de EE.UU. hacia ciertos países de la zona, particularmente Cuba y Venezuela, es restablecer su hegemonía en América Latina.
“(Los funcionarios de EE.UU.) están decididos a terminar lo que comenzaron hace 58 años en las arenas de Playa Girón y es una estampa patética, ridícula”, escribió Rodríguez en su cuenta en Twitter, en que divulgó también un vídeo rechazando las declaraciones de Bolton.
(Las autoridades de EE.UU.) están decididos a terminar lo que comenzaron hace 58 años en las arenas de Playa Girón y es una estampa patética, ridícula”, dice el canciller cubano, Bruno Rodríguez, luego de que el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmara que la “Doctrina Monroe está bien y viva”.
La invasión de Bahía de Cochinos, también conocida como invasión de Playa Girón o la batalla de Girón, fue una operación militar lanzada en 1961 por el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, disidentes cubanos y agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. para derrocar al líder cubano, Fidel Castro.
El operativo fue un fracaso para Washington, pues fue completamente neutralizado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba en menos de 65 horas. Más de un centenar de soldados invasores murieron, y los cubanos capturaron a otros 1200, junto con importante material bélico.
Bolton anunció también la decisión de la Casa Blanca de restringir los viajes a Cuba e imponer límites a las remesas que reciben los cubanos de sus familiares residentes en el país norteamericano. La medida se considera como un esfuerzo para aumentar la presión sobre La Habana por apoyar al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Al respecto, el canciller cubano afirmó que el país caribeño revisará sus regulaciones ante las nuevas medidas de Estados Unidos, cuyo objetivo es aumentar la presión económica sobre el pueblo y el Gobierno de la mayor de las Antillas.
Desde 1960, el Gobierno de Washington ha impuesto múltiples bloqueos y sanciones contra Cuba que han impedido a la isla desarrollar su potencial social y económico por el impacto de la medida en las transacciones. La hostilidad hacia La Habana se multiplicó tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, pese a las moderaciones realizadas en 2015 por el expresidente estadounidense, Barack Obama.
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