Un plan para enviar marines estadounidenses para proporcionar seguridad a una instalación estadounidense en Taiwán ha provocado el malestar en Pekín que lanzó el viernes una advertencia a Washington de que no le desafíe en su reclamo de soberanía sobre la isla.
“El principio de ‘Una sola China’ es la base política para las relaciones entre China y Estados Unidos”, declaró el vocero de la Cancillería china, Lu Hang, a los periodistas en una rueda de prensa celebrada el viernes.
Hang exigió a EE.UU. que por el bien de sus, ya de por si malas, relaciones bilaterales, cambien de postura y cumplan con su compromiso del principio de “Una sola China”.
En este contexto, el funcionario chino explicó que es muy importante que EE.UU. se abstenga de cualquier vínculo oficial o intercambio militar con Taiwán si no quiere que las relaciones entre ambos países se deterioren aún más.
El principio de ‘Una sola China’ es la base política para las relaciones entre China y Estados Unidos”, declaró el vocero de la Cancillería china, Lu Hang.
Esa advertencia se produjo en respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de que un destacamento de Marines brinde seguridad al Instituto Estadounidense en Taiwán, una entidad que funciona como la embajada de facto de los Estados Unidos en la isla autónoma.
La Infantería de Marina de EE.UU. habitualmente protege las instalaciones del Departamento de Estado en todo el mundo, pero en este caso resulta que Washington no tiene relaciones diplomáticas oficiales con Taipéi.
De hecho, el posible traslado de los marines a Taiwán se conoce luego de que diplomáticos de EE.UU. revelaran que China había rechazado tratar la solicitud del presidente Donald Trump sobre cómo las empresas estadounidenses pueden referirse a la isla.
Esto viene a raíz de que en los últimos meses las autoridades chinas han presionado a las aerolíneas estadounidenses para que especifiquen que Taiwán es parte del territorio de China, ya que reclama su soberanía, a pesar de que, desde 1949, los taiwaneses se gobiernan como una nación con sus propios ministros y políticas nacionales y de exteriores, independientes de Pekín.
La escalada de tensiones entre China y EE.UU. se ha acentuado con la llegada al poder en mayo de 2016 de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen y tras la firma de la Ley de Viajes a Taiwán (TTA, por sus siglas en inglés), por Trump, que promueve desplazamientos de funcionarios estadounidenses de todos los niveles a la isla asiática y viceversa.
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