Santiago amaneció copado de carros policiales y carabineros en varios puntos de la principal avenida: la Alameda. El Gobierno anunció que ninguna protesta estaba autorizada.
Desde la mañana comenzaron las actividades para conmemorar los 5 años del inicio de la revuelta popular. Esa que despertó a Chile el 18 de octubre de 2019, tras días de protestas estudiantiles por el alza del transporte público.
Millones salieron a las calles e hicieron reconocer incluso a los defensores del modelo que era necesario cambiar el neoliberalismo. Hoy, los mismos que levantaron grandes promesas dicen que los manifestantes son delincuentes y todavía mantienen presas a personas detenidas en el contexto de la revuelta.
Como María Paz, son casi 38 000 las víctimas que fueron asesinadas, mutiladas y torturadas.
Cinco jóvenes que sufrieron trauma ocular se han suicidado. Los ojos de Chile que se llevaron las bombas lacrimógenas y perdigones recorrieron el mundo, pero de las más de 10 000 denuncias ingresadas, solo 1400 permanecen abiertas y 4 han recibido sentencia condenatoria.
A 5 años la deuda no es solamente con las víctimas, sino también con la demanda del pueblo chileno por una vida digna. Por eso, hoy, se congregaron en barrios y también en la principal avenida de Santiago.
Chile es el país más desigual de América, donde el 1 % más rico de la población concentra más de la mitad de la riqueza del país, y no hay acceso justo a las pensiones, ni a la salud, ni a la educación.
“Hasta que la dignidad se haga costumbre” fue una de las consignas de la revuelta popular. Hoy, el Estado sigue entregando esta respuesta a las demandas populares.
Beatriz Michell, Santiago de Chile
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