Las dos principales coaliciones anticipan grandes desastres si el adversario resulta ganador, pero hasta ahora el autoritario sistema imperante ha demostrado ser impenetrable.
Los anuncios son catastróficos: casi el fascismo si gana el multimillonario expresidente Sebastián Piñera, casi la revolución, si se impone el senador socialdemócrata Alejandro Guillier. ¿Es tan así?
La presidenta chilena, Michelle Bachelet llegó al poder propulsada por las manifestaciones que se produjeron durante el anterior Gobierno de Sebastián Piñera. A tres meses del fin de su mandato, abundan las críticas a su gestión.
Más que el carácter de las reformas, el principal problema de estas elecciones es la falta de participación. El abstencionismo asoma como un bestia fuera de control.
Tras el reacomodo del mundo político, luego de estas elecciones restará ver quiénes serán los protagonistas de un nuevo ciclo de movilizaciones sociales en Chile.
Leonel Retamal, Santiago.
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