El candidato para el cargo, Mark Carney, de 59 años, aparece ligeramente como favorito para una votación que termina el domingo y que definirá al líder del partido de centroizquierda que gobierna Canadá.
El vencedor se convertirá en primer ministro, aunque el traspaso de mando tomará unos días, una vez formado el gobierno, y tendrá el reto de librar durante su gestión la guerra arancelaria declarada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, a Canadá.
Carney, exdirector del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, superó a sus rivales en cantidad de fondos recogidos. En las últimas semanas, la pregunta que dominó el debate público fue quién es la persona indicada para enfrentar a Trump y sus ataques.
Mark Carney, quien ha sido calificado por medios de prensa como “novato en política”, declaró en su último acto electoral el viernes que Canadá enfrenta “la crisis más grave” de su existencia. “Todo, en mi vida, me preparó para este momento”, dijo.
Este último mensaje buscaba posicionarlo como un hombre con experiencia habituado a gestionar crisis, idea repetida durante la campaña y que parece haber surtido efecto en medio de una tensión histórica con Estados Unidos.
Trump no solo lanzó una guerra arancelaria contra sus vecinos del acuerdo de libre comercio de América del Norte, sino también ha reiterado que quiere que Canadá sea el estado 51 de Estados Unidos. Estos ataques exasperan a los canadienses, muchos de los cuales dejan de viajar a Estados Unidos y boicotean los productos estadounidenses.
Según los analistas, los chances son muy pocos para su principal adversaria, Chrystia Freeland, exministra de Finanzas de Trudeau. Quien gane, deberá alinear al partido ante próximas elecciones, que tendrán lugar como máximo en octubre, aunque podrían producirse antes.
Luego de 10 años en el poder, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, renunció al cargo en enero pasado, y también anunció que dejaría el liderazgo del Partido Liberal, ante el escaso apoyo de su pueblo.
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