La manifestación realizada este lunes contra Macron y Francia es la tercera protesta multitudinaria en una semana en Bangladés, un país de 160 millones de habitantes en su mayoría musulmanes.
La marcha ha comenzado en la mayor mezquita de Bangladés, pero la Policía la ha interrumpido cuando los participantes se acercaban a la embajada de Francia en la capital.
Según la agencia francesa de noticias AFP, los manifestantes han coreado: “No a la difamación del profeta Muhamad (la paz sea con él)” y quemado imágenes del mandatario francés. Lo bangladesíes también han exigido el boicot de los productos franceses y el cese de relaciones con París, hasta que el presidente galo renuncie a sus comentarios anti-islámicos.
Esta ola de protestas es consecuencia de las declaraciones de Macron, en las que defendía la publicación de caricaturas de carácter blasfemo contra el Profeta de los musulmanes en el país europeo pretextando la libertad de expresión, después de que un profesor de secundaria fuera asesinado tras mostrar una de esas caricaturas en una clase.
El 21 de octubre, en el homenaje al profesor Samuel Paty, decapitado por un joven checheno de 18 años, Macron dijo que no iba a “renunciar a la publicación de las caricaturas” porque iría en contra de lo que él entiende por “libertad de expresión”. También urgió a “combatir el separatismo islamista” y a “estructurar el Islam” en Francia.
Estos comentarios de corte islamófobo del mandatario galo han suscitado gran indignación no solo entre una parte importante de la población francesa, donde el Islam es la segunda religión, sino también entre los líderes de países musulmanes como Irán, Turquía, Paquistán, Marruecos, Argelia, etc., que han manifestado su repudio a las ofensas a la comunidad musulmana y a sus santidades.
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