El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, a través de Twitter, ha confirmado el número de víctimas de la explosión ocurrida a horas de la tarde en la turística calle turca de Istiqlal, cerca de la plaza Taksim.
Agrega que la explosión ha tenido lugar alrededor de las 16:20 hora local (GMT+3) y, de inmediato, muchas ambulancias y bomberos y policías han sido enviados al lugar del incidente.
El cuerpo policial ha tomado medidas de seguridad en la zona, como acordonarla para evitar que personas se acerquen a la misma. Además, las autoridades han prohibido a las emisoras de noticias informar sobre la explosión.
Según muestra un vídeo emitido en las redes sociales, se trata de un atentado suicida de una mujer, pero todavía no hay una declaración oficial al respecto.
Vídeos grabados por testigos y colgados en las redes sociales, se aprecian cuerpos tumbados en el pavimento, algunos siendo atendidos por transeúntes, además personas heridas cubiertas de sangre.
Erdogan: hay un olor a terror
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho en directo en televisión que la “nación debe estar segura de que los perpetradores del incidente en la avenida Istiqlal serán castigados como se merecen”.
“Sería un error si decimos ‘seguro que esto es terrorismo’, pero los primeros acontecimientos, la primera información que nos transmitió mi gobernador, hay un olor a terror en el incidente”, ha declarado Erdogan.
En marzo de 2016, una explosión similar, reivindicado por el grupo terrorista de Daesh, acabó con un turista iraní y tres israelíes en la misma calle Istiklal.
Desde entonces, solo un atentado junto al cercano estadio del Besiktas, que dejó 38 muertos el 11 de diciembre de ese año, había sacudido este importante distrito.
Entre 2015 y 2017, Turquía fue víctima de una ola de atentados, que dejaron un reguero de víctimas. Los principales responsables fueron Daesh que había logrado echar raíces en Turquía desde su posición en Siria, y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
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