“El talón de Aquiles de Israel es su frente interno y se ha comprobado que en caso de que el frente interno colapse, el ejército y las fuerzas de seguridad israelíes también colapsarán”, ha afirmado el diario israelí Maariv en un reporte publicado este sábado.
Conforme al periódico, el régimen de Tel Aviv ha gastado 75 mil millones de shekels (unos 24 mil millones de dólares) para apoyar el frente interno, mientras también 20 mil millones de dólares se han asignado al servicio interno de seguridad.
Sin embargo, el ejército israelí no tiene un plan específico para defender los asentamientos ubicados en las partes norteñas de los territorios ocupados, señala la nota.
Por otro lado, agrega el informe, la guardia fronteriza de Israel es una pequeña institución cuyos miles de integrantes están exentos de prestar el servicio militar cada año, y está previsto que se va a poner en marcha un plan trienal para el desarrollo de esta fuerza este año en curso.
Es más, las fuerzas de seguridad israelíes casi han perdido su control sobre las localidades de Al-Naqab (Néguev) y Al-Yalil (Galilea).
Este tema se vuelve aún más importante cuando vimos en la Operación Espada de Al-Quds, llevado a cabo por la Resistencia palestina en mayo de 2021, que la motivación de los palestinos para hacer frente a Israel ha aumentado y “definitivamente aumentará en la próxima guerra”, avisa Maariv.
Los altos cargos militares israelíes, en reiteradas ocasiones, han puesto en entredicho la eficacia de su ejército y reconocen su débil preparación para un venidero conflicto. Ante tal coyuntura, han pedido a las autoridades israelíes evitar entrar en una nueva guerra con la Resistencia.
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