El jefe de la Diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, reconoce que la retirada completa de las tropas occidentales de Afganistán, de la forma que se ha producido, hundirá a este país centroasiático en una espiral de violencia que disparará un éxodo masivo de la población afgana a los países vecinos.
En una entrevista, publicada el lunes en el diario italiano Corriere della Sera, Borrell ha declarado que la salida de las unidades militares occidentales, lideradas por EE.UU., es la antesala de una guerra civil que se producirá en un plazo determinado entre las diversas facciones afganas para tomar el control del país, ya que, según él, la población de la región de Panjshir—el último bastión de la resistencia afgana— hará frente a los integrantes del grupo armado Talibán.
“Ciertamente, este no es el final de la historia para nosotros [los europeos], porque debemos seguir apoyando al pueblo de Afganistán”, ha subrayado el alto funcionario, para luego añadir que los Gobiernos de la UE deben acelerar sus esfuerzos para construir una política de defensa común que impulse la creación de un bloque militar europeo de reacción rápida para estar mejor preparados ante futuras crisis como la de Afganistán.
En este sentido, ha precisado que los acontecimientos en Afganistán han demostrado que Europa debe fortalecer su “autonomía estratégica” militar y reducir su dependencia de Estados Unidos en esa zona de Asia Central.
En otra parte de su entrevista, el jefe de la política exterior del bloqueo europeo se ha mostrado a favor de otorgar ayuda financiera a los países limítrofes con Afganistán, ya que deberán acoger a un elevado número de refugiados que huyen de los talibanes.
“Con respecto a los temas relacionados con Afganistán, tendremos que fortalecer la cooperación con los países vecinos. Debemos ayudarlos a lidiar con la primera ola de refugiados”, ha asegurado, en referencia a los cinco países que comparten frontera con la nación afgana, a saber: Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Paquistán e Irán.
“Los afganos que huyen no llegan inmediatamente a Roma [capital de Italia], sino más probablemente a Taskent [capital de Uzbekistán].Hay que ayudar a los países que se encuentran en la línea del frente”, ha insistido Borrell.
Tras dejar claro que los países fronterizos con Afganistán van a recibir ayuda financiera, el político ha matizado que “la capacidad de Europa para acoger [refugiados] es limitada y sin una cooperación sólida no se puede hacer nada. Los países vecinos quedan involucrados antes que Europa. Por lo tanto, la respuesta es sí. Significa que hay que ofrecer a esos países apoyo financiero, tal como lo hicimos con Turquía en 2016 para que hiciera frente a la llegada de refugiados sirios”.
El colapso de Afganistán ocurrió poco después de que comenzaran la fase final de la retirada de las fuerzas de Estados Unidos, a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que, so pretexto de la lucha contra Talibán y dar respaldo técnico al Ejército afgano invadió esta nación en 2001. Una coyuntura que se ha agravado con la ola de desplazados afganos que buscan salir como sea del territorio nacional por temor a una nueva guerra civil.
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