• El presidente del Comité Supremo Revolucionario yemení, Muhamad Ali al-Houthi (centro).
Publicada: miércoles, 8 de enero de 2020 8:43
Actualizada: jueves, 9 de enero de 2020 19:52

El movimiento popular yemení, Ansarolá, celebra la primera venganza iraní contra EE.UU. por el asesinato del general Qasem Soleimani.

En un comunicado difundido este miércoles, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha confirmado “los fuertes ataques misilísticos” de Irán a bases estadounidenses en Irak, en represalia por el asesinato del teniente general Qasem Soleimani, en un atentado perpetrado por órdenes directas del presidente de EE.UU., Donald Trump.

El presidente del Comité Supremo Revolucionario yemení, Muhamad Ali al-Houthi, ha aprovechado la ocasión para resaltar que “las armas estadounidenses” que matan a los yemeníes y sus cazas que bombardean a los niños, las mujeres, los hombres, los abogados y los médicos en Yemen, “son los que mataron también al general Soleimani y el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis.

Sin embargo, la respuesta iraní y la promesa de más ataques contundentes en caso de otra estupidez, se encuentra “entre los factores disuasorios más destacados”, según ha añadido Al-Houthi.

“La promesa que dieron los iraníes para continuar la venganza es uno de los factores disuasorios más destacados”, ha apuntado el alto miembro de Ansarolá en su cuenta en Twitter.

 

Al respecto, el canciller de Irán, Mohamad Yavad Zarif, ha dejado claro que Irán no busca “una escalada de tensiones ni guerras, pero se defenderá a sí mismo ante cualquier agresión”, y ha subrayado que el ataque se encuentra entre las “medidas apropiadas” y avaladas por el derecho internacional, según se define en el artículo 51 de la Carta Magna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En el aludido artículo se lee: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”.

El alto estratega iraní era “una piedra en el zapato” de EE.UU. y sus aliados por haber contribuido, en gran medida, a la erradicación del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Irak y Siria, entre otros complots que habían urdido para la región, rica en reservas naturales, entre ellas el petróleo. 

Por esta razón, EE.UU. se encargó en persona de la eliminación del teniente general Soleimani y asumió, con gran orgullo, su asesinato.

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