“Nueve personas, entre ellas siete niños, han muerto de cólera en Yemen”, anunció el domingo el portavoz del Ministerio de Salud de Yemen, Yusef Hadiri.
El brote de cólera Yemen —el tercero de esta contagiosa enfermedad desde junio de 2018— es consecuencia directa de los ataques y bombardeos de la coalición de Arabia Saudí.
De hecho, la destrucción de las infraestructuras e instalaciones de agua y saneamiento por los bombardeos saudíes han posibilitado en gran medida que el cólera se expanda con celeridad, amenazado la vida de los ciudadanos yemeníes.
Nueve personas, entre ellas siete niños, han muerto de cólera en Yemen”, anuncia el portavoz del Ministerio de Salud de Yemen, Yusef Hadiri.
Desde abril de 2017 hasta el momento, se estima que más de 2,3 mil yemeníes han muerto por el cólera y, además, existen más de 500 mil casos sospechosos de infección, con lo que este se ha convertido en el mayor brote registrado.
También las autoridades de Arabia Saudí han confirmado ese lunes un caso de cólera y otros tres posibles casos en el sur del país, cerca de la frontera con Yemen, aunque de momento no han aclarado si el brote en su suelo está relacionado con el yemení.
En Yemen, sin embargo, la enfermedad ha alcanzado en la actualidad dimensión de crisis humanitaria. Además, más de 12 mil personas, en su mayoría civiles, han muerto en los bombardeos y agresiones saudíes.
Los ataques de Arabia Saudí y sus aliados, que luchan contra el movimiento popular yemení Ansarolá, comenzaron en 2015 y tienen como meta restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi.
La organización de las Naciones Unidas ha pedido a Arabia Saudí y a sus aliados regionales que pongan fin a esta vana y “estúpida guerra” contra el país más pobre del mundo árabe.
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