“El Gobierno británico está incumpliendo las leyes y políticas nacionales, de la Unión Europea (UE) e internacionales mediante el suministro de armas a Arabia Saudí en el contexto de su intervención militar y campaña de bombardeos en Yemen”, dice un informe de la AI.
El Gobierno británico está incumpliendo las leyes y políticas nacionales, de la Unión Europea (UE) e internacionales mediante el suministro de armas a Arabia Saudí en el contexto de su intervención militar y campaña de bombardeos en Yemen”, dice el informe de Amnistía Internacional.
De acuerdo con la opinión jurídica de los abogados consultados por este ente pro derechos humanos, Gran Bretaña está incumpliendo el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) y “alimentando la guerra” en el país árabe, la cual está cobrando vidas civiles.
En pasado marzo, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen en un intento por eliminar de la ecuación al movimiento popular yemení Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
Según las últimas estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la guerra iniciada por la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen ya ha dejado más de 32.000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles.
El informe de AI recuerda que la campaña militar saudí contra Yemen —en la que se utiliza armas británicas— se ha convertido en una crisis humanitaria, de ahí que tiene ya como objetivo a los hospitales, escuelas, mercados, almacenes de grano, puertos y campamentos de los desplazados, entre otros.

Según los letrados, está en contra de la ley cualquier autorización por parte de Londres de la transferencia de armas y objetos a Arabia Saudí, en circunstancias en que tales armas se usarán en el conflicto armado en Yemen o para apoyar el bloqueo del territorio yemení.
Aunque Londres insiste en que no participa en la campaña militar antiyemení, el informe de AI deja en claro que el Reino Unido tuvo conocimiento, por lo menos desde el pasado mayo, que Riad estaba utilizando sus armas en los ataques aéreos “contra la población civil en violación de los derechos humanos”.
El pasado mes de noviembre, Amnistía Internacional anunció que un misil, fabricado por la empresa británica Marconi y vendido a Arabia Saudí a mediados de la década de 1990, fue utilizado el pasado septiembre para destruir una fábrica de cerámicas ubicada en el oeste de la capital yemení, Saná, matando al menos un civil.
La directora de AI en el Reino Unido, Kate Allen, opina que la continuidad de la venta de armas británicas a Riad es “ilegal, inmoral e indefendible”, al mismo tiempo ha lamentado la muerte de miles de civiles debido a los bombardeos saudíes pues ha afirmado que “hay un verdadero riesgo de que esta miseria «se hizo en Gran Bretaña»”. Además ha exhortado al Gobierno del Reino Unido que “inmediatamente” ponga fin a estas ventas de armas.
Previamente, la organización humanitaria internacional Oxfam acusó también que la venta de armas del Reino Unido a Arabia Saudí agudiza la situación en Yemen, donde los civiles atraviesan “una de las mayores crisis humanitarias del mundo”, según su director ejecutivo, Mark Goldring.
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