Se celebró otra campaña a favor de la consulta de abril en Ankara, capital de Turquía. Si gana el "sí", el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, podrá concentrar en su mano, a partir de 2019 y como máximo hasta 2029, una cantidad de poder como nadie tenía desde los sultanes otomanos.
El mandatario turco afirmó que la UE no puede amenazarlo, ni presionarlo. El pasado marzo, Holanda impidió que dos ministros turcos hicieran campaña electoral a favor de la consulta en su territorio. Así siguió los pasos de Berlín que ya había cancelado varios mítines de políticos turcos.
Erdogan volvió a tocar el punto débil de Alemania al acusarles de ser nazis y calificó a Europa de cruel y medieval.
Pese a la situación con Europa, el referendo tiene muchos opositores dentro del país. Decenas de miles de kurdos se reunieron en la ciudad sureña de Diyarbakir y pidieron a sus compatriotas que digan "no" en la consulta.
El referéndum turco ha provocado una crisis diplomática con Europa. Queda por ver si su resultado podría empeorar o mejorar estas tensiones.
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