Unos dos mil manifestantes de todas las razas y edades apoyaron en la ciudad australiana de Sídney a los afrodescendientes en EE.UU. Condenaron el enésimo asesinato de un joven negro a manos de policías blancos. También se solidarizaron con las familias de las víctimas.
En su marcha hacia el consulado de EE.UU., los indignados expresaron su ira ante lo sucedido en ese país. La protesta forma parte de las manifestaciones masivas que estallaron durante varios días tras la muerte de dos hombres afrodescendientes en los estados de Luisiana y Minnesota.
Alton Sterling, de 37 años, y Philando Castile, de 32 años, perdieron la vida hace unos diez días y en dos jornadas consecutivas. Ambos casos al recibir disparos de la policía.
Lo más sorprendente es que estos asesinatos provocaron más muertos. En represalia, Micah Xavier Johnson, un soldado afrodescendiente del Ejército estadounidense, mató a 5 agentes, creando así una triste jornada en Dallas (Texas, sur de EE.UU.).
Las cifras resumen la historia: el racismo de la policía. Un estudio de "Vox.com" muestra que más de un tercio de las personas asesinadas por la policía, en 2012, eran ciudadanos negros. Una raza que representa el 13 por ciento de la población de EE.UU.
El Proyecto de 'The Counted' indicó que, desde comienzos de 2015, ha habido más del doble de asesinatos policiales entre ciudadanos afrodescendientes que entre norteamericanos blancos.
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