En la manifestación celebrada este lunes han participado los trabajadores petroleros del Centro Refinador Paraguaná (CRP) —el más grande del mundo, ubicado en el estado Falcón (noroeste) — y de la Refinería Puerto La Cruz, de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) en el estado Anzoátegui (noreste).
La clase obrera es la vanguardia mundial de la defensa de los recursos, de la construcción de una sociedad justa y amante de la paz”, ha dicho Pedro Osorio, un empleado del CRP.
En este mismo contexto, el gerente del CRP Jesús Sánchez ha insistido en que los trabajadores del sector petrolero han aunado fuerzas para luchar contra el capitalismo que intenta desestabilizar Venezuela.
Asimismo, ha afirmado que el compromiso con la industria se materializa en la defensa de los intereses de sus trabajadores y de todo lo que atente contra la estabilidad del país.
Al respecto, los indignados del CRP han coreado consignas como “¡Somos petroleros, somos socialistas. Hijos de Hugo Chávez, antimperialista!, ¡Chávez vive, la lucha sigue! y ¡El pueblo unido jamás será vencido!”.
Por su parte, Pedro Osorio, otro empleado del mismo centro, ha declarado que EE.UU., a través de las acciones de espionaje, busca apropiarse del petróleo de Venezuela, además tiene como objetivo poner en duda el empeño de los empleados para adelantar una industria basada en los intereses de la nación.
Ha asegurado también que la clase obrera seguirá siendo fiel al presidente fallecido de Venezuela Hugo Chávez y acabará con todos los complots y conspiraciones en contra su país.
“La clase obrera es la vanguardia mundial de la defensa de los recursos, de la construcción de una sociedad justa y amante de la paz”, ha dicho.
Los trabajadores de la Refinería Puerto La Cruz, por su parte, han asegurado que defenderán la “revolución bolivariana” y no permitirán a los estadounidenses interferir en los asuntos internos de Venezuela.
“Queremos ser una empresa libre, una empresa que lleve la gota de petróleo al desarrollo social del pueblo venezolano”, ha afirmado Miguel Rivera, uno de los empleados de la FPO.
Igualmente, Héctor Guillén, otro integrante de la fuerza trabajadora de la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), ha señalado que los estadounidenses “están perdiendo su tiempo” al espiar la compañía estatal venezolana, pues, los trabajadores de este sector cada día son más conscientes de la defensa de esta industria.
El espionaje de casi 10 años a PDVSA y sus 10 mil trabajadores, según indican los documentos, fue practicado por la la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), en conjunto con la embajada norteamericana en Caracas. Entre los nombres de la extensa lista de empleados espiados está el del presidente de la petrolera, Rafael Ramírez, que la dirigió entre los años 2004 y 2014.
A este respecto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció el 18 de octubre que tiene previsto revisar las relaciones con Washington a raíz del recién revelado caso de espionaje contra la compañía PDVSA, que según el famoso periodista estadounidense Glenn Greenwald supone una violación de la soberanía del país bolivariano.
Las injerencias de EE.UU., de acuerdo con las autoridades venezolanas, han aumentado de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Caracas cree que todo se trata de un intento de la Casa Blanca para incitar a la violencia en Venezuela y socavar los comicios.
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