En un comunicado publicado este miércoles en su cuenta de Twitter, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria ha rechazado el último ataque con misiles del régimen de Israel contra el Aeropuerto Internacional de Alepo (noroeste de Siria), que ha dejado al menos tres muertos y cinco heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La Cancillería siria ha denunciado que los repetidos ataques de Israel contra civiles en Siria equivalen a un “crimen de guerra” por el cual Israel debe rendir cuentas, en virtud del derecho internacional.
“Con esta peligrosa escalada, las autoridades de ocupación israelíes amenazan la paz y la seguridad regionales y ponen en peligro y aterrorizan a los civiles, además de amenazar la seguridad de la aviación civil en Siria y la región”, se lee en la nota.
El ministro sirio de Asuntos Exteriores además ha indicado que Siria ejercerá su legítimo derecho a defender a su tierra y su pueblo por todos los medios necesarios, y asegurar que las autoridades del ocupante israelí rindan cuentas por sus crímenes.
El pasado 31 de agosto, el régimen atacó con varios misiles el mismo aeropuerto de Alepo, lo que provocó daños materiales.
De hecho, han sido frecuentes los ataques aéreos y con artillería de las fuerzas de guerra del régimen israelí contra Siria desde el estallido del conflicto en Siria en 2011; a fin de frenar el avance de las Fuerzas Armadas del país hacia los escondites de las bandas radicales y terroristas. No obstante, el Ejército sirio, decidido a garantizar la protección del espacio aéreo del país, ha conseguido repeler en varias ocasiones la agresión del régimen sionista.
El Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, ha denunciado una y otra vez que estas agresiones constituyen una clara violación de las resoluciones internacionales, y ha advertido que no se quedará de brazos cruzados ante las repetidas violaciones militares por parte del régimen israelí y que responderá adecuadamente y a su debido tiempo.
Además, Siria ha instado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) a emitir una condena clara y explícita a las agresiones israelíes contra su territorio por constituir una violación deliberada de la soberanía de un Estado miembro de las Naciones Unidas.
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