• Civiles huyen de ataques del Ejército turco contra la ciudad de Ras al-Ain, en Al-Hasaka (norte de Siria), 9 de octubre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: sábado, 12 de octubre de 2019 0:06

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alerta que la ofensiva militar de Turquía en el norte de Siria ha causado el desplazamiento de 100 000 personas.

“Unas 100 000 personas han abandonado sus hogares”, ha informado este viernes la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), en un comunicado emitido en el tercer día de la operación emprendida por Turquía contra las regiones norteñas de Siria.

De acuerdo al informe, el “impacto humanitario ya se está notando” en las zonas afectadas por la operación turca, ya que en ellas se alojan algunas de las personas más vulnerables en Siria debido a los altos niveles de violencia, desplazamiento a gran escala y otras preocupaciones de protección.

“La mayoría (de los desplazados) se encuentran en comunidades de acogida y un número creciente de ellos está llegando a albergues colectivos en las ciudades Al-Hasaka y Tal Tamer, en las que también están buscando refugio en escuelas”, ha agregado el dossier.

La OCHA, además, ha resaltado que la intervención turca ha dejado un impacto sobre los servicios básicos en las regiones norteñas del país árabe. “Una estación de bombeo de agua ha quedado inutilizada en Al-Hasaka y de ella dependen 400 000 personas”, ha añadido.

Unas 100 000 personas han abandonado sus hogares”, advierte la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) en el tercer día de la operación turca en las regiones norteñas de Siria

 

“Los esfuerzos de la ONU para negociar una pausa humanitaria con todas las partes para permitir a los equipos técnicos reparar esta estación están en marcha”, reza la nota, para después alertar que los mercados, las escuelas y las clínicas de las zonas norteñas de Siria están cerrados desde el 9 de octubre.

El miércoles, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el comienzo de la “Operación Fuente de Paz” en el noreste de Siria, la cual se inició con bombardeos aéreos y de artillería, para después pasar a una operación terrestre. Es la tercera lanzada por Ankara en el suelo sirio desde el inicio del conflicto en el país árabe en 2011.

La agresión bélica, sin embargo, fue lanzada días después de que Washington diera un giro de 180 grados a su alianza con las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —de las que las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) forman parte— y anunciara la retirada de las tropas estadounidense del norte de Siria.

Desde el inicio de la citada ofensiva, las organizaciones internacionales, así como la mayoría de países del mundo y de la región, entre ellos Rusia e Irán, han advertido a Turquía que esta acción amenaza la soberanía y la integridad territorial de Siria y socava el proceso de paz en el país árabe.

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El Gobierno de Damasco, por su parte, ha condenado la medida turca tachándola de “flagrante” violación de su soberanía, al tiempo que ha prometido contrarrestarla por todos los medios legítimos.

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