La retirada norteamericana de las tropas desplegadas en Siria, anunciada este miércoles, abre nuevas esperanzas para que el pueblo de Siria vuelva lo más pronto posible a la normalidad. Los ciudadanos en Damasco (capital) recibieron con beneplácito este anuncio.
Aún así existen preocupaciones. Por un lado, el primer ministro del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que Israel intensificará sus actividades en el territorio sirio tras la retirada de EE.UU. Justificó su decisión para hacer frente a la presencia iraní.
Por otro lado, el anuncio de Washington para retirar sus fuerzas del suelo sirio, haría que se vuelvan realidad las amenazas de Turquía de intervenir en Siria.
Hace unos días, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió que el Ejército de su país entrará en la ciudad siria de Manbiy si EE.UU. no accede a sacar de la zona a las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo).
Ankara ya ha intervenido en dos ocasiones en Siria: la operación Escudo del Éufrates, en agosto de 2016, y la llamada Rama de Olivo, el pasado enero.
xsh/rba