A continuación, repasaremos algunos rasgos genéticos menos conocidos que se transmiten de generación en generación y revelan conexiones sorprendentes con nuestros ancestros.
Problemas oculares
Trastornos como la miopía, que suele aparecer en la infancia, tienen una fuerte base hereditaria. El daltonismo, por ejemplo, está ligado al cromosoma X, afectando principalmente a los hombres, quienes tienen solo un cromosoma X. Las mujeres, con dos cromosomas X, pueden ser portadoras sin presentar el rasgo. Igualmente, la hemofilia es más frecuente en hombres por la misma razón.
Inteligencia
Aunque no hay un “gen de la inteligencia” específico, la herencia de la inteligencia es compleja y abarca múltiples genes a lo largo de nuestro ADN. El mito de que la inteligencia se hereda principalmente de la madre no tiene base científica sólida; tanto la madre como el padre contribuyen igualmente.
Dedo del Pie de Morton
Este rasgo hereditario afecta la longitud de los metatarsianos en los pies, haciendo que el dedo gordo sea más corto que el segundo dedo. Es más común en mujeres y puede influir en la mecánica del pie y en el ajuste del calzado, aunque no causa problemas de salud.
Riesgo de cáncer
Los genes asociados con el cáncer, como los BRCA1 y BRCA2, pueden ser heredados de ambos padres y no solo del que tiene el órgano afectado. Por ejemplo, los hombres con mutaciones en estos genes tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de próstata, además de otros tipos de cáncer.
Predisposición a adicciones
La genética también juega un papel en la susceptibilidad a las adicciones, como al alcohol o las drogas. Variaciones en genes relacionados con neurotransmisores como la dopamina y la serotonina pueden influir en la probabilidad de desarrollar comportamientos adictivos.
Patrones de sueño
La predisposición a ser noctámbulo o madrugador puede estar influenciada por la genética. La investigación reciente sugiere que los problemas de insomnio también pueden tener una base hereditaria.
Cómo moldea la genética nuestra vida
La influencia genética en nuestra vida cotidiana es profunda y multifacética. Si bien el parentesco entre padres puede aumentar el riesgo de problemas de salud genéticos, la mayoría de las personas con ascendencia familiar compartida tienen hijos sanos. La comprensión de estos rasgos genéticos no solo nos ayuda a conocernos mejor, sino también a tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar.
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