• Un nuevo estudio revela que morderse las uñas tiene un lado bueno para los niños.
Publicada: martes, 19 de julio de 2016 1:29
Actualizada: martes, 19 de julio de 2016 1:53

Un nuevo estudio revela que la exposición temprana a las bacterias y virus de los dedos ayuda a reducir el riesgo de contraer alergias.

El hábito de morderse las uñas (onicofagia) puede convertirse en una manía que en muchos casos requiere tratamiento psicólogico para dejar de hacerlo. Las precauciones de los médicos se sitúan en que las manos están llenas de bacterias, sobre todo durante la edad adulta.

Sin embargo, en un estudio publicado en la revista Pediatrics, investigadores de Nueva Zelanda y Canadá encontraron que aquellos niños que se chupan el pulgar o se muerden son menos propensos a tener reacciones de tipo alérgico a una variedad de cosas ―incluyendo mascotas y ácaros― que los niños que no lo hacen. De hecho, los pequeños que se involucran en ambos hábitos tienen las demostraciones positivas más bajas en las pruebas cutáneas para las alergias.

Es posible que los gérmenes que los niños ingieren al chuparse el dedo o morderse las uñas ponen en marcha ciertas poblaciones de microbios en el intestino que puede educar al sistema inmunológico y dejarlo listo para montar ataques contra otros gérmenes, más hostiles y que causan enfermedades”, dice el médico Malcolm Sears, co-autor del estudio y profesor en la Universidad de McCaster de Canadá.

De acuerdo con el diario Infobae, los investigadores siguieron a un grupo de cerca de 1.000 personas desde el nacimiento hasta los 32 años y las probaron periódicamente para analizar sus alergias utilizando un ensayo de punción cutánea.

Es habitual ver a los niños mordiéndose las uñas.

 

Aproximadamente la mitad de las personas que apelaba a esas dos prácticas presentaba una salid más propensa a desarrollar alergias en la vida adulta. Quienes realizan al menos una de esas manías representaban al 40% de los adultos que sufrían alergias y quienes exhibieron los dos hábitos reflejaron las tasas más bajas: sólo el 31% era propenso a ser alérgico.

Los resultados apoyan la “hipótesis de la higiene”, que señala que la exposición temprana a las bacterias, los virus y los alérgenos pueden preparar al sistema inmune a ser más fuerte y capaz de responder a cualquier ataque microbiano.

Es posible que los gérmenes que los niños ingieren al chuparse el dedo o morderse las uñas ponen en marcha ciertas poblaciones de microbios en el intestino que puede educar al sistema inmunológico y dejarlo listo para montar ataques contra otros gérmenes, más hostiles y que causan enfermedades”, dice el médico Malcolm Sears, co-autor del estudio y profesor en la Universidad de McCaster de Canadá.

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