• El viceministro de Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, en una conferencia de prensa en Bruselas (Bélgica), 13 de julio de 2016. (Foto: AFP)
Publicada: sábado, 13 de abril de 2019 22:49
Actualizada: domingo, 14 de abril de 2019 2:19

El vicecanciller ruso, Alexander Grushko, avisa que Moscú dará una respuesta ‘proporcional’ al aumento de la presencia militar de la OTAN en el mar Negro.

“Naturalmente, tomaremos todas las medidas necesarias para neutralizar las amenazas vinculadas con el incremento de la actividad de la OTAN en esa región”, ha dicho este sábado Grushko en una reunión del Consejo ruso para la Política Exterior y de Defensa.

El viceministro ruso también ha puesto de relieve que las actividades de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el mar Negro “no contribuyen a reforzar la seguridad sino atenta contra la estabilidad regional”.

“Vamos a reaccionar a ello de una manera correspondiente”, ha aseverado Grushko y ha destacado que los países de la región son quienes deben garantizar la seguridad del mar Negro. 

La semana pasada, los 29 ministros de Exteriores de la OTAN aprobaron un paquete de medidas para incrementar la presencia militar de la Alianza en el mar Negro con el fin de contrarrestar la influencia de Rusia en la zona.

Naturalmente, tomaremos todas las medidas necesarias para neutralizar las amenazas vinculadas con el incremento de la actividad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en esa región”, afirma el viceministro de Exteriores de Rusia, Alexander Grushko.

 

Según el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, tal medida, propuesta por EE.UU., tiene la intención de mejorar la formación de las fuerzas marítimas y de los guardacostas de Georgia y Ucrania, además de realizar visitas a puertos, maniobras militares y un mayor intercambio de inteligencia.

En reacción a las declaraciones de Stoltenberg, barcos militares rusos lanzaron misiles supersónicos P-270 Moskit hacia el mar Negro, en una medida que busca mostrar su capacidad militar ante los miembros de la Alianza.

Desde el final de la Guerra Fría y tras el inicio de la crisis ucraniana en 2014, los lazos bilaterales de Moscú y la OTAN han experimentado un deterioro a niveles nunca vistos. Ambas partes se acusan mutuamente de llevar a cabo actos hostiles.

EE.UU. que encabeza el bloque militar occidental, ha enviado en múltiples ocasiones vehículos de combate y militares a los países bálticos, fronterizos con  Rusia, con el pretexto de plantar cara a “la amenaza rusa”.

Sin embargo, Moscú ha denunciado que la expansión militar de la Alianza Atlántica cerca de sus fronteras supone una amenaza directa a su seguridad nacional y, por tanto, dará una respuesta contundente.

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