El portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, ha condenado enérgicamente este domingo la nueva injuria hacia el libro sagrado de los musulmanes en Suecia, después de que el iraquí refugiado en Estocolmo Salwan Momika, intentó quemar en público y bajo protección policial un ejemplar del Corán en la ciudad de Malmo.
Esa ofensa provocó la furia de decenas de musulmanes reunidos allí, y la Policía, mientras protegía a Momika, arrestó a tres personas que intentaban impedir la provocación islamófoba. Posteriormente, el refugiado iraquí abandonó el lugar escoltado por 20 vehículos policiales, entre ellos 10 blindados y unos 100 agentes.
“Lamentablemente, seguimos siendo testigos de la repetición de la ofensa hacia las santidades islámicas en una acción contraria a los principios básicos de los derechos humanos. Esta acción de odio constituye una agresión y ofensa a los derechos y valores de más de dos mil millones de musulmanes”, ha dicho Kanani.
Ha denunciado la respuesta “pasiva” de la Policía sueca a esta acción provocativa y advertido que los pueblos libres del mundo “nunca olvidarán” la protección que brindan los agentes de seguridad suecos a los blasfemos.
“Desde el punto de vista de la República Islámica de Irán, las afirmaciones de las autoridades suecas sin medidas prácticas para condenar y oponerse a los asaltos al sagrado Corán no son suficientes”, ha recalcado.
En esta línea, el vocero de la Diplomacia persa ha pedido al Gobierno sueco que “se comprometa seriamente a los principios fundamentales de los derechos humanos y trate de promover la ética y la coexistencia pacífica de las religiones a través de medidas prácticas y efectivas, para responder responsablemente a la demanda más obvia de los musulmanes y monoteístas en el mundo”.
La ciudad de Malmo, donde viven muchos migrantes musulmanes, fue también escenario de un incidente similar a principios de septiembre, cuando Momika, autor de varios actos sacrílegos similares, quemó durante una manifestación una copia del Corán. La Policía sueca arrestó entonces 15 personas que trataron de detener la acción de odio.
Estos actos blasfemos, que cuentan con la autorización y protección de las autoridades suecas, bajo el pretexto de las leyes de libertad de expresión, han desatado una ola de ira y condenas en todo el mundo musulmán.
El Ministerio de Inteligencia de Irán ha revelado las manos del régimen de Israel detrás de dichos actos, publicando documentos que prueban vínculos de los sionistas con Momika.
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