Como costumbre de cada año, a las 21 horas del 10 de febrero, espectáculos de luz, disparos al aire y gritos de “Dios es grande”, resonaron en Teherán y las demás ciudades del país.
La fiesta precede la gran marcha del día 11 de febrero, donde millones de iraníes salen a las calles, para conmemorar la victoria de la Revolución Islámica.
Hace 44 años, y tras años de lucha, los iraníes pusieron fin al régimen de Mohamadreza Pahlavi, acabando con 2500 años de la monarquía, para establecer, meses después una República basada en los mandamientos del Islam.