“Lo que aparentemente no es bueno para la gansa es bueno para el ganso”, escribió el miércoles por la noche el máximo diplomático iraní, Mohamad Yavad Zarif, en su perfil oficial de la red social Twitter.
Con este corto tuit, el ministro de Asuntos Exteriores iraní cargó contra Francia, con un tono irónico, por criticar, una y otra vez, el programa convencional de misiles de la República Islámica.
Zarif adjuntó a su tuit una imagen que muestra el lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental por el país europeo.
El cohete, modelo M51.2, fue lanzado desde un submarino ubicado en aguas del departamento de Landas (suroeste) e impactó en el océano Atlántico norte, “a varios centenares de kilómetros de cualquier costa”, según anunció ayer el Ministerio de Defensa galo en un comunicado.
La nota afirmó que el misil no llevaba “ninguna carga nuclear” y el lanzamiento se efectuó “en estricta correspondencia con los compromisos internacionales de Francia”.
El lanzamiento de prueba del misil balístico se lleva a cabo mientras Francia, uno de los tres países firmantes —el Reino Unido y Alemania— del acuerdo nuclear de 2015 con Irán ha censurado en varias ocasiones el programa defensivo de misiles iraní, pidiendo un convenio más amplio que cubra la actividad nuclear, la actividad balística, y el papel regional de la República Islámica.
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Las autoridades francesas han ido incluso más allá acusando en el pasado, sin prueba alguna, al país persa de “estar desarrollando misiles balísticos con capacidad nuclear”, violando así la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), la cual prevé que “Irán está obligado a no tener ninguna actividad relacionada con misiles balísticos concebidos para llevar armas nucleares”.
Irán rechaza esa acusación, diciendo que su programa de misiles tiene sólo un objetivo defensivo y que sus cohetes no están diseñados para portar armas nucleares. Además, las armas de destrucción masiva, incluidas atómicas, no tienen cabida en la doctrina de defensa del país persa, conforme a una fatwa (el decreto religioso) del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Las autoridades persas han instado a la tróika europea a ejercer su soberanía en vez de plegarse a las presiones estadounidenses y cumplir sus compromisos en virtud del acuerdo nuclear.
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