“La campaña de desinformación de Estados Unidos contra Irán continúa”, dijo el viernes el representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mayid Tajt Ravanchi, mediante un mensaje de Twitter.
El jueves, la Marina de EE.UU. anunció que había abordado un barco en el mar Arábigo e incautado un “gran depósito” de armas fabricadas por Irán rumbo a Yemen.
El alto diplomático persa tachó este alegato de “vacuo” y aseguró que Washington sigue tratando de vincular a Irán con el ataque de Yemen a las instalaciones de la compañía petrolera saudí Aramco.
Efectivamente, EE.UU., sin ofrecer prueba alguna, acusa a Teherán de los ataques con drones de Yemen que golpearon con alta precisión objetivos vitales en Aramco, provocando gran destrucción en septiembre pasado.
Por su parte, el canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, dijo que si Irán hubiera atacado la petrolera saudí, no habría quedado nada de ella.
Varias veces, Teherán ha asegurado que nada afectará a su voluntad para ilustrar a la opinión pública sobre los crímenes de guerra de Arabia Saudí y sus aliados en Yemen y el miserable desastre humanitario que han causado en este país.
La República Islámica sigue exigiendo el fin de la campaña de agresión saudí contra Yemen y urge a ciertos países occidentales, entre ellos EE.UU., a dejar de equipar a la monarquía árabe con más armas avanzadas para atacar el país más pobre del mundo árabe.
Pese a todo respaldo que recibe Riad, Irán ve “definitiva” la victoria de Yemen ante la agresión saudí. De hecho, el Ejército y las fuerzas populares yemeníes responden con frecuencia a los crímenes de Riad, atacando los objetivos estratégicos del reino árabe.
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