“Hay pocos países que pueden declarar explícitamente estar en contra de EE.UU. y bombardear con misiles una de sus más importantes bases regionales. Es muy significativo que nosotros pudimos sacudir una de sus bases (Ain Al-Asad) por la madrugada y mantener al Pentágono despierto durante 24 horas y obligarlo a que retire sus amenazas (de atacar a 52 objetivos iraníes)”, ha resaltado este jueves el presidente iraní, Hasan Rohani, en su intervención durante la 59.ª Asamblea General del Banco Central de Irán, celebrada en Teherán, la capital persa.
El mandatario persa se refiere a los ataques aéreos con misiles tierra-tierra lanzados la madrugada del 8 de enero por la División Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán contra la base aérea Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y ocupada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003, y una base en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí, también en poder de los norteamericanos.
Los ataques se produjeron después de que EE.UU. asesinara la madrugada del 3 de enero al teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del CGRI, y al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, junto a algunos de sus compañeros, cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad (capital iraquí).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un intento por evitar que los iraníes reaccionaran por este atentado terrorista, en un acto desesperado, amenazó con atacar 52 sitios estratégicos y culturales dentro de Irán.
Al respecto, Rohani ha dejado claro que, nada más Teherán expresó su determinación de vengar enérgica y militarmente la sangre derramada de su general, Washington cambió su tono y reculó en sus planes bélicos contra Irán.
El gobernante persa ha destacado que, visto el retroceso de Washington, Irán ya puede presumir de ser uno de los pocos países que han plantado cara a Estados Unidos.
En su alocución, Rohani ha dicho que Estados Unidos ha declarado oficialmente su enemistad hacia el país persa.
Rohani ha recordado que la maquinaria de esta enemistad se puso en marcha en mayo de 2018 cuando su homólogo estadounidense, Donald Trump, decidió de forma unilateral retirar a su país del acuerdo nuclear, sellado entre Irán y el Grupo 5+1 (entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) y reactivar varias rondas de sanciones contra la nación persa.
Ante estas hostilidades interminables de EE.UU., y tras recordar que Trump, había afirmado que el Gobierno de Irán sería derrocado en tres meses, Rohani ha pedido a los responsables de su Gobierno que no escatimen esfuerzos para aliviar o reducir los impactos de las sanciones estadounidenses sobre la población.
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