“Aquí digo francamente que la era de las sanciones y de la presión sobre el pueblo iraní llegará a su fin, porque nuestros enemigos se han dado cuenta de que no nos pueden obligar a rendirnos por medio de la máxima presión”, ha dicho el mandatario persa en una visita a una exhibición realizada en Teherán, capital iraní, sobre los logros de la industria petroquímica.
El objetivo de las sanciones era obligar a Irán a que se sentara a la mesa de las negociaciones y aceptara todas las condiciones de EE.UU. Los enemigos, según Rohani, trataron de unir al mundo entero en un solo bloque contra Irán, pero han fracasado.
Al reimponer las sanciones, EE.UU. pensó que en solo cinco o seis meses los embargos obligarían al pueblo iraní a salir a las calles y esto provocaría el caos, según Rohani, pero los iraníes permanecen vigilantes y no se dejan engañar, ya que saben perfectamente qué países y con qué intención ejercen presiones sobre ellos, explica el presidente iraní.
Tras la retirada unilateral de EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) en 2018— y la inacción de la Unión Europea (UE), Teherán ha puesto en marcha un proceso para reducir sus compromisos según el acuerdo suscrito en 2015.
Teherán ha dado hasta el momento cuatro pasos en lo tocante a la reducción de sus compromisos con el acuerdo nuclear. En el marco de su última medida, que tuvo lugar a principios de noviembre, la República Islámica de Irán trasladó un cilindro de 2000 kilogramos de gas UF6 (hexafluoruro de uranio) a Fordo y retomó sus actividades de enriquecimiento de uranio en esta planta nuclear, bajo las inspecciones de representantes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Las autoridades iraníes han asegurado que el proceso gradual de reducción de compromisos de Irán en el PIAC es una medida diplomática y reversible siempre y cuando los demás firmantes hagan algo para salvar el acuerdo.
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