Mohamad Yavad Zarif ha denunciado este sábado, vía Twitter, los nuevos embargos al Banco Central de Irán (BCI), a un fondo de desarrollo y a una empresa iraní, anunciados el viernes por la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump.
Según Trump, se trata de “las sanciones más altas jamás impuestas a un país”, y supuestamente son la respuesta de la Casa Blanca al ataque perpetrado la semana pasada por las Fuerzas Armadas yemeníes a la petrolera saudí Aramco. EE.UU. y Arabia Saudí acusaron sin pruebas a Irán del ataque, y prometieron una respuesta conjunta a los responsables.
El máximo diplomático persa, que se encuentra en Nueva York (EE.UU.) para asistir a la reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), ha dicho en Twitter que los embargos evidencian “la desesperación y el fracaso de la campaña de presión máxima” estadounidense contra Teherán.
Son, además, un esfuerzo para “evitar que el BCI financie la importación de alimentos y medicinas” para el pueblo iraní, denuncia.
Zarif advierte que, con dichas sanciones, el ‘Equipo-B’ prende impedir cualquier eventual diálogo entre EE.UU. e Irán, lo que entra dentro de su tónica para “arrastrar a Trump a una guerra” con el país persa.
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El canciller persa ha rechazado terminantemente cualquier vínculo de Irán con el ataque a las instalaciones petroleras saudíes y advertido que el ‘Equipo-B’ maquina un complot para “engañar a Trump” y llevar a EE.UU. hacia un conflicto con la República Islámica.
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El ‘Equipo B’ al que Zarif se refiere está integrado ahora por el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud; el canciller emiratí, Muhamad bin Zayed Al Nahyan, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
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