Según el reciente informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 51,5% de los peruanos experimentó al menos un día sin poder alimentarse adecuadamente durante los años 2021 y 2023. Los sectores más afectados incluyen las áreas rurales y las zonas urbanas marginales, donde la pobreza extrema es más prevalente.
Desde 2021 hasta el año pasado, el 51,7% de la población de Perú, es decir, unos 17.6 millones de personas, padeció inseguridad alimentaria moderada o grave. Esta situación crítica no solo refleja los altos niveles de pobreza en el país, sino también la ineficacia del Estado para implementar políticas públicas que promuevan la seguridad alimentaria de manera efectiva.
La precarización del empleo es la principal causa de la crítica situación alimentaria que enfrenta la población peruana. La inestabilidad laboral y los salarios bajos han dejado a millones de personas incapaces de garantizar una alimentación adecuada para sus familias.
A pesar del alarmante informe que revela la crítica situación alimentaria en Perú, las autoridades han optado por desviar su atención hacia otros temas, como la implementación de nuevos ministerios.
La falta de acceso a alimentos básicos no solo pone en peligro la salud de millones de peruanos, sino que también revela la profunda desigualdad y las políticas ineficaces de la actual gestión de Dina Boluarte.
Aarón Rodríguez, Lima.
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