El Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), en un comunicado emitido el miércoles, condenó a la administración estadounidense, específicamente al presidente Joe Biden y al secretario de Estado Antony Blinken, por su complicidad en el genocidio en curso contra miles de palestinos.
HAMAS señaló que Blinken ocultó deliberadamente al Congreso detalles sobre los crímenes militares israelíes en la asediada Franja de Gaza, por temor a que afectaran el suministro de armas al ejército de ocupación, lo cual, junto con la política de hambre implementada por Israel, violaba el derecho internacional.
“Este comportamiento criminal de Blinken exige que miembros del Congreso de EE.UU. y cuerpos judiciales estadounidenses investiguen el asunto. Esto ha resultado en la muerte de miles de nuestro pueblo, ya sea por el asesinato directo con armas estadounidenses o por colusión con las políticas de hambre y privación llevadas a cabo por el criminal régimen sionista, en flagrante violación de los principios básicos del derecho internacional humanitario”, enfatizó HAMAS.
El movimiento palestino también instó a la Corte Penal Internacional (CPI) a prestar atención a los informes recientes e iniciar procesos legales contra Blinken.
En una audiencia celebrada en mayo, Blinken indicó que Israel no está imponiendo restricciones al transporte o entrega de ayuda humanitaria de EE.UU. a los palestinos.
Hizo esta declaración a pesar de que dos agencias estadounidenses responsables de la ayuda humanitaria, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la oficina de refugiados del Departamento de Estado, han revelado que Israel impide intencionadamente la entrega de suministros esenciales de alimentos y medicinas a los palestinos en Gaza.
Tras la filtración de los memorandos de ambas agencias que revelan los esfuerzos de Blinken para minimizar los crímenes de guerra israelíes, han aumentado los llamados para su renuncia, debido a las violaciones tanto de la ley estadounidense como de los estándares humanitarios.
La ley de EE.UU. prohíbe a Washington suministrar armas a cualquier parte que interfiera consistentemente con la ayuda humanitaria. No obstante, Estados Unidos sigue siendo el mayor proveedor de armas a Israel, a pesar del claro desprecio de Tel Aviv por las leyes estadounidenses e internacionales.
Casi un año después del sangriento ataque israelí respaldado por Washington sobre Gaza, el régimen de Tel Aviv ha matado hasta ahora a 41 495 palestinos y ha herido a 96 006 más. Miles más también están desaparecidos y se presume que están muertos bajo los escombros.
eaz/mkh