El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) lanzó el pasado 7 de octubre una operación sin precedentes, denominada ‘Tormenta de Al-Aqsa’, en respuesta a una significativa escalada de agresiones israelíes contra los palestinos, la expansión de colonias ilegales y décadas de crímenes contra el pueblo palestino.
Israel, a su vez, respondió lanzando una campaña de agresiones implacables contra el asediado enclave costero, que se ha saldado hasta el momento con más de 35 233 civiles muertos, en su mayoría mujeres y niños. El régimen de Tel Aviv es acusado de cometer un genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en la Franja de Gaza.
El jueves, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, criticó la ofensiva de HAMAS contra Israel en un discurso pronunciado durante una cumbre de la Liga Árabe (LA) en Manama, capital de Baréin, y dijo que se había llevado a cabo, mediante una “decisión unilateral”. “Proporcionó a Israel más pretextos y justificaciones para atacar a la Franja de Gaza”, añadió el político palestino.
El movimiento palestino reaccionó en un comunicado, diciendo que “lamentaba” los comentarios del jefe de la ANP y añadió que “desde 1948, el enemigo sionista nunca ha esperado excusas para cometer crímenes contra” el pueblo palestino.
HAMAS enfatizó que la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’ “es el eslabón más importante en la lucha del pueblo palestino contra el régimen de ocupación” que “viola los derechos y santidades” de Palestina y “tortura a los prisioneros” palestinos.
“Esta operación tiene como objetivo poner la cuestión palestina en la cima de las prioridades y alcanzar logros estratégicos contra ese régimen, acercándonos más a la libertad y la autodeterminación”, indicó la nota.
El régimen de Israel ha practicado una limpieza étnica y exterminio contra el pueblo palestino desde su creación en 1948, fecha que marca el desplazamiento forzoso de más de 750 000 palestinos de su tierra natal por las fuerzas israelíes.
Desde entonces, el régimen de ocupación ha librado varias guerras a gran escala contra la Franja de Gaza, matando a miles de palestinos en cada una de ellas. También ha establecido cientos de asentamientos ilegales en toda la Cisjordania ocupada, imponiendo restricciones draconianas a las libertades de los palestinos allí, incluida su libertad de movimiento.
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