Por: Xavier Villar
Este foro de cooperación para el desarrollo agrupa a Bangladés, Egipto, Indonesia, Irán, Malasia, Nigeria, Pakistán y Turquía.
Se trata del primer viaje de un mandatario iraní a Egipto en los últimos 13 años. Desde la Revolución Islámica de 1979, Teherán y El Cairo no han logrado restablecer relaciones diplomáticas plenas. En este contexto, los medios iraníes han expresado su esperanza de que el viaje de Pezeshkian, quien encabeza una delegación de alto nivel, marque el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, claves en el panorama político de la región.
Egipto e Irán rompieron relaciones diplomáticas en 1979, aunque las reanudaron 11 años después. No obstante, el nivel de dichas relaciones se mantuvo limitado a encargados de negocios y oficinas de protección de intereses.
Tras la Revolución del 25 de enero de 2011 en Egipto, surgió un optimismo en torno a la posible restauración de las relaciones entre El Cairo y Teherán. Este sentimiento se hizo especialmente evidente cuando el entonces presidente egipcio Mohamed Morsi visitó Teherán el 30 de agosto de 2012 para participar en una cumbre del Movimiento de los No Alineados. La visita de Morsi marcó la primera vez que un presidente egipcio viajaba a Irán desde la Revolución Islámica de 1979. Asimismo, en febrero de 2013, el entonces presidente iraní Mahmud Ahmadineyad viajó a Egipto para asistir a una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica. Sin embargo, a pesar de estos gestos positivos, no se produjo un avance sustancial en las relaciones bilaterales.
Sin embargo, bajo el gobierno de Ebrahim Raisi, se celebraron varias reuniones entre ministros egipcios e iraníes para explorar la posibilidad de ampliar los lazos bilaterales. De hecho, en mayo de 2023, el fallecido presidente Raisi ordenó a su Ministerio de Asuntos Exteriores para que tomara las medidas necesarias para fortalecer las relaciones con Egipto.
En este sentido, hace un año, las relaciones entre El Cairo y Teherán dieron un giro significativo. Impulsados por un reciente avance en las relaciones entre Arabia Saudita e Irán, que culminó con la restauración completa de los lazos tras siete años de tensión, ambos países comenzaron conversaciones y varias rondas de discusiones para mejorar sus relaciones bilaterales.
En este contexto, las autoridades iraníes, en dos declaraciones separadas, una de Mohammad Mojber, entonces jefe del poder ejecutivo, y otra de Ali Baqeri Kani, titular del Ministerio de Asuntos Exteriores, reafirmaron su compromiso de mantener con firmeza y determinación las relaciones con Egipto. Además, se comprometieron a continuar el proceso de negociación iniciado por el fallecido presidente Ibrahim Raisi y el difunto ministro de Asuntos Exteriores Hossein Amir-Abdollahian. Por su parte, Sameh Shoukry, ministro de Exteriores de Egipto hasta 2024, durante su visita a Teherán para presentar sus condolencias por la muerte del presidente iraní, subrayó la importancia de seguir adelante con las consultas para elevar el nivel de las relaciones sobre bases firmes y estables.
Según Ali al-Hefni, ex viceministro de Asuntos Exteriores de Egipto para África, la relación entre Egipto e Irán es un proceso que ambos países desean completar con éxito, ya que podría restaurar numerosos aspectos de la normalidad y resultar beneficioso tanto para El Cairo como para Teherán, además de reforzar la seguridad nacional de ambos países.
Al-Hefni destacó que este proceso está en constante desarrollo, y ya se refleja en los encuentros y comunicaciones de diversas formas, tanto a nivel de líderes como de ministros de Exteriores. La aproximación entre ambos países comenzó de manera gradual tras el encuentro entre Abdel Fattah el-Sisi e Ibrahim Raisi en Riad, en noviembre pasado. Posteriormente, bastó con una llamada telefónica para reunir nuevamente a los altos funcionarios iraníes y egipcios. La guerra en Gaza y la resolución de los temas pendientes han influido en las negociaciones, y desde entonces, se han producido múltiples llamadas telefónicas entre ambas partes, tanto a nivel presidencial como ministerial.
Egipto e Irán tienen razones estratégicas propias para desear mejorar sus relaciones bilaterales. Para El Cairo, estrechar los lazos con Teherán es crucial, ya que podría permitirle alcanzar varios objetivos vitales para el país. El más destacado de estos es la necesidad de salvaguardar la crucial vía marítima del canal de Suez y garantizar el paso seguro de los barcos por el estrecho de Bab al-Mandab, afectado por el conflicto en Yemen.
Desde el punto de vista iraní, la restauración de los lazos diplomáticos con Egipto traería importantes beneficios, especialmente en un contexto regional marcado por los esfuerzos de reconfiguración impulsados por Israel. En primer lugar, esto frustraría los intentos de aislamiento que Estados Unidos e Israel han intentado imponer al país. Tel Aviv ha trabajado activamente para crear una alianza regional contra Irán, involucrando a algunas naciones del Golfo, Egipto y Jordania, con el objetivo de reducir la influencia regional de Irán y, en el futuro, facilitar posibles ataques militares a sus instalaciones nucleares.
En segundo lugar, mejorar las relaciones con Egipto fortalecería la presencia regional de Irán y protegería sus intereses estratégicos en el mundo árabe. Además, una relación normalizada con El Cairo abriría el camino para una mayor cooperación económica y el acceso al vasto mercado egipcio, lo que sería un incentivo adicional para Teherán.
La presencia del presidente iraní en Egipto no solo subraya la relevancia diplomática de su visita, sino que también resalta la importancia de la cumbre del D8, que se perfila como un foro clave para el debate político y económico en el ámbito islámico. Durante su participación, el presidente Pezeshkian tiene previsto pronunciar un discurso centrado en la guerra en Gaza y los desafíos asociados con la reconstrucción en el enclave palestino y Líbano. Además, Pezeshkian mantendrá conversaciones bilaterales con varios funcionarios de los países participantes en las cumbres de El Cairo.
Junto al presidente, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, llegó a la capital egipcia el 17 de diciembre, donde tiene previstas varias reuniones. Durante su visita a Egipto, Araqchi concedió una entrevista al periódico libanés An Nahar, en la que reiteró una de las principales líneas rojas de la República Islámica: la preservación de las fronteras políticas y la soberanía nacional de los países de la región. En este sentido, Araqchi destacó que “esta postura quedó claramente demostrada durante la crisis política de 2016 en Turquía, cuando Irán fue el primer país en oponerse al intento de golpe de Estado que amenazaba la soberanía nacional del país vecino”.