“Entiendo bien que puedes tener muchos asesores, pero es su responsabilidad personal parar a toda costa el baño de sangre y lograr un acuerdo de paz. Eso se espera de ti en Ucrania, en el Donbás [este de Ucrania] y en Rusia”, ha dicho este martes el exmandatario ucraniano (2010-2014) en un comunicado dirigido a Zelenski.
Tras enfatizar que el heroísmo “no es ostentación”, ni luchar hasta el último ucraniano, Yanukóvich ha recordado al actual presidente ucraniano que en cualquier tragedia hay un momento en el que se debe poner fin.
De hecho, ha asegurado que su decisión de abandonar el poder en 2014 ante la oleada de protestas en su contra fue la única manera de evitar una guerra civil a gran escala, así como un derramamiento de sangre en todo el territorio ucraniano.
No obstante, Yanukóvich ha lamentado que su renuncia no detuvo la muerte de los ucranianos en su propio país. En este contexto, se ha referido a la crueldad, robos y violencia a manos de batallones nacionalistas ucranianos que causaron la muerte de 14 000 residentes de la región de Donbás y sufrimiento y lágrimas a miles de madres durante los últimos ocho años.
Rusia y Ucrania han mantenido conflictos durante años, pero estos se intensificaron por acciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como acumular equipo y tropas en los países del este de Europa, cerca de las fronteras rusas, y el recrudecimiento de las hostilidades de Kiev en el Donbás.
En esta coyuntura, Rusia lanzó el 24 de febrero una operación militar especial en Ucrania para, conforme explicó el presidente Vladimir Putin, defender a los ciudadanos de las repúblicas autoproclamadas de Dontesk y Lugansk, en el Donbás, a solicitud de las autoridades de estas dos localidades.
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