“Algunos medios informaron sobre la posibilidad de que el canciller de la entidad sionista visite Baréin, lo cual es una noticia provocadora, y la visita es absolutamente rechazada, y no debería poner pie en Baréin”, recalcó el miércoles Al-Wefaq en un comunicado.
El principal partido opositor del reino hizo hincapié en que cualquier presencia de las autoridades israelíes en Baréin significa una provocación a los sentimientos de los bahreiníes y un intento desesperado por romper su voluntad en rechazo a la normalización con el régimen israelí.
“La persona que invita [al canciller israelí] es el régimen [bareiní], que no tiene derecho y no fue autorizado por el pueblo de Baréin para establecer relaciones con la entidad sionista. Por lo tanto, cualquier comunicación o relación es rechazada, condenada y denunciada, y nuestra gente no lo aceptará y lo tratará como una amenaza para su estabilidad y existencia”, subrayó.
El ministerio de exteriores de Israel declaró el miércoles que el canciller de este régimen, Yair Lapid, partirá este jueves a Manama por invitación de su homólogo bareiní, Abdul Latif Al-Zayani, donde abrirán la embajada de la entidad de ocupación y firmarán una serie de acuerdos bilaterales.
Además, los vuelos directos entre Tel Aviv y Manama, que se realizan dos veces por semana, están programados para lanzarse oficialmente este jueves durante esta visita con un vuelo de Baréin a Palestina ocupada.
El viaje marca la primera visita de un ministro israelí al país árabe desde que normalizaran sus relaciones diplomáticas en 2020 pese al rechazo categórico del pueblo de Baréin.
La polémica decisión de los Al Jalifa ha convertido a Baréin en el cuarto país árabe, y el segundo del Golfo Pérsico, en establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel, tras los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto (1979) y Jordania (1994). Tras ello, Sudán y Marruecos firmaron también los pactos similares con el régimen israelí.
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