El jueves, el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Libia, Bernardino León, dio a conocer su propuesta para la formación de un gobierno libio de unidad nacional.
La comunidad internacional respaldará el Acuerdo de un Gobierno Nacional ya que se compromete al duro trabajo de restablecer la paz y la estabilidad en Libia y aislará a aquellos que no respeten el acuerdo político”, se lee en un comunicado emitido por Estados Unidos, España, Alemania, Italia, y el Reino Unido.
Ante tal iniciativa, Estados Unidos y sus aliados europeos, es decir: España, Alemania, Italia, y el Reino Unido, calificando la propuesta de positiva y significativa, han pedido a los dos parlamentos rivales libios que aprueben el texto y la composición del nuevo ejecutivo.
“La comunidad internacional respaldará el Acuerdo de un Gobierno Nacional ya que se compromete al duro trabajo de restablecer la paz y la estabilidad en Libia y aislará a aquellos que no respeten el acuerdo político”, se lee en un comunicado emitido por dichos países.
La nota también advierte sobre los riesgos que implica retrasar la formación del gobierno de unidad. “Solo prolongará el sufrimiento del pueblo libio y beneficiará a los terroristas que buscan aprovecharse del caos”, han apuntado.
Las naciones firmantes, asimismo destacan que no deberán entrar armas en Libia a excepción de aquellas que lo hagan a petición del nuevo Gobierno y en consonancia con los términos del acuerdo político.
El texto también señala que este acuerdo supone un “logro importante” en el marco de un esfuerzo conjunto para llegar a una solución “representativa y justa que apoye una transición exitosa de Libia hacia una democracia soberana, pacífica y estable, y para superar años de conflicto que han causado tanto dolor y sufrimiento”.
El documento concluye haciendo un llamamiento para que todos los libios, incluidos los líderes políticos, apoyen el acuerdo, indicando que “no hay más tiempo que perder”.
Desde la campaña militar extranjera orquestada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que acabó con el régimen de Muamar Gadafi en octubre de 2011, Libia cuenta con dos facciones principales: una, el Gobierno reconocido internacionalmente y con sede en la ciudad oriental de Tobruk, y la otra, el llamado gobierno de Salvación Nacional (GSN), con sede en Trípoli (capital libia).
La ONU, que ejerce de mediadora en la crisis libia, ya ha fijado varios plazos para que las partes traten de llegar a un acuerdo, pero han sido postergados en varias ocasiones. Si bien, el pasado mes de septiembre las partes reanudaron los diálogos.
Los combates entre los cerca de 1700 grupos armados activos en Libia para controlar recursos y territorio han dejado a este país en la ruina y, en caso de incluir los enfrentamientos para derrocar al régimen de Gadafi, se puede hablar de unos 30 000 muertos y 50 000 heridos.
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