La investigación se debe a la petición de la oenegé Centro del Golfo Pérsico para los Derechos Humanos (GCHR, por sus siglas en inglés), que responsabiliza a Al-Raisi por el trato inhumano y torturas al reconocido defensor de los derechos humanos, el disidente Ahmed Mansur.
GCHR presentó su denuncia en enero ante la unidad de fiscales antiterroristas cuyo mandato incluye el manejo de crímenes contra la humanidad.
William Bourdon, un abogado de alto perfil que actúa para la GCHR, sostuvo que era “totalmente incomprensible” que los fiscales no hubieran ordenado de inmediato el arresto de Al-Raisi, nuevo presidente de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
Anteriormente, tres miembros del Parlamento Europeo escribieron una carta fechada el 11 de noviembre de 2021 a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, subrayando el impacto que tendría el nombramiento del inspector general del Ministerio del Interior de los EAU en Interpol.
Un polémico nombramiento
Al-Raisi se convirtió en noviembre pasado en el presidente del organismo después de una generosa financiación del país árabe para la Interpol con sede en la ciudad francesa de Lyon.
Además, hubo acusaciones de que Abu Dabi había abusado del sistema de las llamadas ‘notificaciones rojas’ para sospechosos buscados de la organización para perseguir a sus disidentes políticos.
Los grupos de derechos humanos ya habían presentado denuncias de tortura contra Al-Raisi cuando se postuló para la presidencia de la Interpol, advirtiendo de la posibilidad de que el organismo internacional corriera el riesgo de ser explotado por regímenes represivos.
El 28 de octubre de 2021, una coalición de 19 organizaciones condenó la “mala historia de los Emiratos Árabes Unidos en los derechos humanos, incluido el uso sistemático de la tortura y los malos tratos en las instalaciones estatales de seguridad”.
Algunas organizaciones internacionales pro derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzosas de los disidentes en los EAU, al tiempo que han repudiado el silencio internacional ante las violaciones flagrantes de los derechos humanos cometidas por Abu Dabi.
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