“No hay otra alternativa que usar nuestras monedas nacionales. De lo contrario continuaremos siendo aplastados por los tipos de cambio”, ha afirmado este miércoles Erdogan en una reunión del Comité permanente de cooperación económica y comercial (COMCEC) de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI, por sus siglas en inglés) en Estambul.
De este modo, el mandatario turco ha lanzado esta idea a otros líderes musulmanes para que entre todos aunando esfuerzos puedan establecer los medios estructurales necesarios para hacer frente al monopolio de la divisa estadounidense, el dólar, y la europea, el euro.
En particular, Ankara rechaza un orden mundial en el que un país, más concretamente EE.UU., declare la guerra económica y amenace a las demás naciones por el simple hecho de usar su moneda como sistema de pago para sus transacciones financieras con terceros países.
En otra parte de su discurso, el dirigente ha recordado a los asistentes que la situación actual de Yemen se da porque los países musulmanes miran para otro lado ante “los millones de yemeníes que están padeciendo la absoluta pobreza y sufriendo una de las peores hambrunas”.
No hay otra alternativa que usar nuestras monedas nacionales. De lo contrario continuaremos siendo aplastados por los tipos de cambio”, asevera el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en alusión al uso que hacen las grandes potencias occidentales de sus divisas para someter a sus designios a otros pueblos.
Además, el presidente turco ha responsabilizado a las instituciones y organismos internacionales de la precaria situación de los palestinos que, según él, llevan décadas sufriendo discriminación por parte de las autoridades del “régimen” de Israel tanto en la ocupada Cisjordania como la Franja de Gaza.
Sin bien, el mundo musulmán pide una solución para acabar con esta situación, Erdogan ha lamentado que estas instituciones no cumplen con su cometido para solventar el caso palestino.
Para terminar, el líder turco ha urgido la unión de todos los países musulmanes para afrontar los desafíos que les imponen desde el Occidente.
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