“Un grupo terrorista atacó la gobernación de Erbil con varios misiles. Utilizó una camioneta Kia modificada de cuatro ruedas que llevaba un lanzacohetes”, según informa el Comando de Operaciones Conjuntas de Irak, en un comunicado, sin especificar el nombre de los elementos terroristas.
Los medios iraquíes reportaron la noche del miércoles el impacto de al menos tres cohetes en la base de Al-Hariri, de la llamada coalición de EE.UU., ubicada cerca del aeropuerto de Erbil, en la región semi-autónoma del kurdistán iraquí.
La Comandancia del Ejército iraquí, además, ha explicado que el ataque fue lanzado desde el valle de Taryela, en el distrito de Hamdaniya, en la gobernación de Nínive. El organismo descarta la existencia de víctimas mortales y daños importantes por esta agresión.
Además, ha resaltado que se ordenó arrestar al comandante de seguridad a cargo de la región desde donde se dispararon los cohetes y se abrió una “investigación de inmediato” sobre el incidente.
En las últimas semanas, las bases de EE.UU., así como la zona donde se encuentra la embajada norteamericana en Bagdad (la capital iraquí), han sido blancos de varios ataques desde orígenes desconocidos. A pesar de que ningún grupo ha reivindicado la autoría de estos asaltos, Washington ha acusado a las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe).
En este contexto, la brigada 30 de las Al-Hashad Al-Shabi, en una nota ha rechazado este jueves, todas las acusaciones infundadas por parte de Washington respecto al tema y ha asegurado que sus fuerzas no tienen nada que ver en el reciente ataque de Erbil.
EE.UU. ha recurrido recientemente a amenazar al Gobierno iraquí con cerrar su embajada para obligar a Bagdad a tomar medidas contra las fuerzas populares de Irak, a quienes también imputó un ataque llevado a cabo el lunes contra el aeropuerto de Bagdad—que dejó seis civiles muertos—.
La Resistencia iraquí, sin embargo, reveló que hay evidencias claras de la implicación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. en el ataque a la zona residencial de Bagdad.
Los ataques a las instalaciones militares y diplomáticas estadounidenses se producen mientras que en el país árabe se elevan cada vez más las voces que exigen la salida de las tropas estadounidenses, a las que consideran fuerzas invasoras.
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