En su primera reacción tras ordenar la ruptura del tratado de extradición con Estados Unidos, Castro denunció la existencia de planes desestabilizadores promovidos desde el extranjero.
“Pueblo hondureño quiero decirles que se está fraguando un plan contra nuestro gobierno”, dijo la mandataria este jueves en un acto de inauguración de una obra en San Pedro Copán, municipio en el oeste de Honduras, al referirse implícitamente a Estados Unidos.
Castro recordó que Honduras ya ha pasado un golpe de Estado (en junio de 2009, que provocó el derrocamiento de Manuel Zelaya, su esposo) que trajo “violencia, destierro, persecución, violaciones de Derechos Humanos”.
“Quiero prometerle al pueblo hondureño que no más golpes de Estado y que no voy a permitir que se utilice el instrumento de extradición para intimidar o chantajear a las Fuerzas Armadas de Honduras”, expresó.
La jefa de Estado aseguró que el miércoles “atacaron al jefe de las Fuerzas Armadas y al ministro de Defensa. Miren lo delicado que eso significa. (Es) un ataque que no podemos permitir porque debilita a la institucionalidad de las Fuerzas Armadas”.
Esos ataques ocurrieron el mismo día en que Castro ordenó a su canciller Enrique Reina denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, luego que la embajadora de ese país acreditada en Tegucigalpa, Laura Dogu, sugiriera que autoridades hondureñas se habían reunido con un “narcotraficante” en Venezuela, haciendo referencia al encuentro sostenido con el titular de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, en el marco de los IV Juegos Mundiales de Cadetes.
Las críticas hechas por la diplomática estadounidense forman parte de la política intervencionista de EE.UU. sobre Venezuela. Esta vez, ha cuestionado la legitimidad de las elecciones presidenciales del 28 de julio en el país sudamericano —que dieron la victoria a Nicolás Maduro—, y reclamado que el abanderado de la ultraderecha Edmundo González sea el presidente, lo que dio lugar a protestas violentas y actos vandálicos en varias ciudades del país.
Caracas acusa a Washington de tramar un golpe de Estado para derrocar al presidente Maduro. Ante tal coyuntura, Honduras, entre otras naciones latinoamericanas, ha dado su firme apoyo a Venezuela, y rechazado las injerencias del país norteamericano en los asuntos internos de Caracas.
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