El cuerpo de Jakelin Caal, niña migrante guatemalteca, que murió el pasado 8 de diciembre mientras estaba en custodia de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., llegó a su país. Ningún familiar de la niña fue a recibir el cuerpo.
Viajar a la capital, Ciudad de Guatemala, desde una remota aldea en Alta Verapaz, de donde era originaria, hubiera representado gastar el dinero que la familia no tiene.
Las autoridades guatemaltecas aseguran que agotarán todas las vías diplomáticas y jurídicas para aclarar la situación en la que la niña guatemalteca perdió la vida.
Según la versión oficial, Jakelin perdió la vida por deshidratación. Debido a no tener acceso a comido, ni agua por varios días.
Su padre, sin embargo, lo rechaza y asegura que la niña nunca fue sometida a condiciones extremas, sí comió y bebió, antes de llegar a la frontera y horas antes a su fallecimiento.
En su aldea natal donde surgió un sueño que se convirtió en pesadilla, los vecinos ya se están preparando para recibir a Jakelin donde su pequeño cuerpo descansará para siempre.
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