El pasado 7 de octubre, un hombre portando un “arma fría” ingresó al recinto de la legación de Irán en la capital danesa con la intención de asesinar a la embajadora iraní Afsane Nadipur. El atacante, de 33 años, infligió daños a los vehículos y generó terror. Sin embargo, un empleado local de la misión diplomática, que resultó lesionado en el choque, logró detener al agresor.
El fiscal especial del caso, Anders Larsen, anunció haber condenado al hombre a tratamiento en el pabellón psiquiátrico y no se ha fijado un tiempo máximo específico para este proceso médico.
En la acusación que presentó, había exigido el castigo del atacante basado en una acción física de naturaleza muy agresiva, brutal y peligrosa contra un diplomático. El tribunal de Copenhague también accedió a la solicitud del fiscal y declaró culpable al atacante basándose en la acusación.
Tras el asalto, el embajador danés en Irán, Jesper Vahr, fue convocado en el Ministerio de Exteriores para extenderle una protesta ante la falta de seguridad de los diplomáticos iraníes en Dinamarca. El embajador presentó la disculpa de su país y prometió que se reforzarían las medidas de seguridad de la sede diplomática iraní.
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