Enfrentamientos callejeros entre los indignados y la policía se registraron durante los últimos días en Francia. Los sindicatos organizan masivas marchas para el próximo jueves.
Una indignación como ésta, no se había visto en las calles de Francia, desde la revuelta de los chalecos amarillos en 2018. Pero, la reforma de pensiones que el presidente Emmanuel Macron quiere imponer, ha provocado lo que muchos llaman la mayor crisis política y social del país galo en décadas.
La iniciativa, rechazada por el 70 % de los franceses, incluso ha obligado a muchos a dudar de la legitimidad del Gobierno.
Los sindicatos del país, se han unido contra la reforma y han organizado huelgas ilimitadas. Sin embargo, la que más se siente es la de los basureros, que ha provocado la acumulación de más de 10 mil toneladas de bolsas de desechos, solo en las calles de París.
A nivel político, el Gobierno se salvó de dos mociones de censura. Sin embargo, los diputados de la Asamblea Nacional han recurrido a la Consejo Constitucional para frenar la impopular reforma.
Macron tiene previsto hablar, este miércoles, con los ciudadanos. Resulta muy probable que pueda detener la marcha convocada para este jueves por los sindicatos, sólo con la derogación de la reforma.
Los sindicatos han advertido de una radicalización de las protestas, fuera de su control, si el Gobierno no da marcha atrás.
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