Ali Shamjani, un asesor político del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, visitó el lunes a la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) para observar los últimos logros e iniciativas de la industria nuclear de Irán.
“Irán nunca ha buscado ni buscará armas nucleares. Sin embargo, defenderá sus derechos legales tanto en la dimensión política como en la técnica con toda su fuerza”, afirmó al margen de la visita, destacando la transparencia de Irán en relación con su programa nuclear y el compromiso del país con sus obligaciones internacionales.
El responsable iraní destacó que el país está decidido a “enfrentar a las demandas excesivas de las potencias globales pasivas que no cumplen sus promesas, y a obligarlas a respetar los derechos legales del orgulloso pueblo iraní”, haciendo referencia a la retirada ilegal de Estados Unidos y al fracaso del trío europeo a la hora de asegurar los intereses de la República Islámica frente a las sanciones ilegales de Washington.
En otra parte de sus declaraciones, Shamjani subrayó la importancia del desarrollo de la tecnología nuclear en Irán, atribuyendo el progreso del país en este campo al conocimiento, la creatividad y la determinación iraníes.
Estos factores han establecido firmemente esa “capacidad invaluable” en Irán, y “si lo analizamos de cerca, entendemos por qué algunos países se oponen a los avances nucleares de Irán”, dijo.
El alto funcionario añadió que es la “independencia científica” de Irán en el sector nuclear lo que ha preocupado a ciertas potencias mundiales.
Irán y seis potencias mundiales (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) firmaron un acuerdo nuclear en 2015, en virtud del cual Teherán aceptó ciertos límites a sus actividades nucleares a cambio del levantamiento de las sanciones.
Sin embargo, Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo, oficialmente llamado Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), en 2018 a pesar de la adhesión de Irán a sus compromisos y aplicó una política de confrontación de “máxima presión” contra la República Islámica.
Por su parte, Irán ha reducido sus compromisos nucleares en respuesta al incumplimiento de los países occidentales para salvar el pacto nuclear, subrayando que no puede ser único país en cumplir con PIAC.
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