El lema “El periodismo no es un crimen” reunió a cientos de personas en la capital británica, Londres. Los manifestantes demandan la liberación del fundador de WikiLeaks, Julian Assange y que el australiano no sea extraditado a Estados Unidos. La justicia londinense examinará a lo largo de una semana el reclamo de Estados Unidos, que quiere juzgar a Assange por la difusión de una masiva cantidad de archivos clasificados que pusieron en jaque la credibilidad de Washington.
Assange, que pasó siete años dentro de la embajada de Ecuador en Londres antes de ser sacado de la delegación en abril pasado, se enfrenta en Estados Unidos a 18 cargos. 17 de ellos están relacionados con espionaje.
Podría ser condenado a hasta 175 años de cárcel. Sus filtraciones más polémicas, realizadas en 2010, son crímenes de guerra estadounidenses en Afganistán e Irak, violaciones y torturas en la cárcel de Guantánamo y espionaje de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. a teléfonos, autos y computadoras de civiles.
El complejo caso dio un nuevo vuelco esta semana, cuando la defensa de Assange afirmó que el presidente estadounidense, Donald Trump, había ofrecido al periodista un indulto si afirmaba que Rusia no estaba implicada en la filtración de correos electrónicos del Partido Demócrata.
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